Gracias Angel, por esa tarde de agosto, que bajaste a la Virgen antes de que llegara su día, por esa pasión y esa entrega, esa devoción que no ha ido a menos, sino a más aún con la lejanía de tu querida ciudad que te vio nacer y crecer al amparo de la morena del Prado.
Gracias Angel, porque te has abierto en canal no para contarnos, sino para hacernos cómplices de tus sentimientos, para que no perdamos la ilusión en esta ciudad a veces tan ingrata con las devociones, para que mantengamos viva la llama del reguero de velas ,que lucen en cada uno de sus fieles, para que seamos todos, un poco nardo y podamos sentirnos queridos a los pies de la Reina de Ciudad Real.
Gracias, una vez más, ya hace tiempo que publique una reflexión llamada la semilla del padre Angel, si, lo reitero, esa semilla se llamó así, hoy sigue germinando y va dando frutos, porque tu, guiado por el Espíritu Santo, te has encargado de regarla desde siempre y hoy le has puesto voz desde un atril, para hablar de ella como se merece, sin tibieza ni tapujos, con valentía y seguridad, con elegancia y con respeto, con fe y devoción desde lo más profundo de tu corazón.
Gracias Angel por bajarnos a la Virgen del Prado desde tu corazón al latir de nuestra ciudad que ya la espera impaciente.