La justa medida del tiempo
El tiempo, cómplice inaudito que
termina poniendo todo en su sitio, dando la razón a la lógica, a veces
incomprensible en momentos elocuentes.
Han pasado cuatro años y el
tiempo, único juez justo de las cosas ha hablado sin tapujos, sin prejuicios,
sin condiciones…
Y eso es lo que pasa, cuando las
cosas se precipitan, no se trabajan y se utilizan, sin pie ni cabeza, tan solo
para desmontar un trabajo elaborado por gente nacida desde dentro, trabajando
por dentro y con ganas de crecer.
Hace cuatro eternos años que se
prefabricaba una junta de gobierno, en una querida hermandad a marchas forzadas
con el solo fin de desmontar a la que sin duda hubiera hecho crecer el anclaje
anidado en el seno de la misma, tan solo por unos comentarios indiscretos en un
momento inoportuno hacia la persona del candidato sorpresa que volvía
misteriosamente a presentarse a los comicios para ser reelegido durante un
mandato de cuatro años más.
Sorpresa grande, pues esta
persona había manifestado todo su apoyo a la candidatura que se había elaborado
siempre desde su conocimiento y consentimiento, pero he ahí las cosas, que de
la noche a la mañana, avalado por las altas instancias, presentó a la que
sería, la gran junta que regiría a una hermandad para hacer sobre todo
hermandad, para recuperar proyectos que no llegaron a término y hacerla crecer.
Hoy este montaje, como si se
tratara de una altar efímero, le ha dado la razón a el tiempo, o sinrazón de algo maltrecho, que fue organizado para desmontar, aún no sé muy bien el porque, la
ilusión y ganas de gente que ha quedado en la cuneta del tiempo con grandes
valores cofrades, pero que no tuvieron la oportunidad de poder trabajar por
aquello que querían , vivían y se desvivían, tan solo porque hubo quien se lo
impidió.
Hoy la cofradía mal trecha se
encuentra en momentos delicados, jugando la prorroga de un tiempo de escombros
que habrá que limpiar quien se atreva, tras este tiempo que lejos de hacer
hermandad y proyectos ha sido de retroceder, de disminuir la nómina de hermanos
en al menos 70 personas, de presentar listados sin actualizar desde hace cuatro
años… , de los cuales doy fe personalmente y dando una imagen lamentable en el
conjunto de nuestra Semana Santa.
Ánimo pues, para aquél o aquellos
valientes que se atrevan a coger el timón de una hermandad que nunca llegó a
coger su rumbo porque sencillamente no la dejaron crecer, hay trabajo por
delante , y mucho.
Grandes cofrades de nuestra
ciudad, salieron de sus filas, pero hoy, cansados y decepcionados, la recuerdan
con cariño, de la eterna niña de San Pedro, que nunca dejaron crecer y se
derrumbo como los sueños que de niños nos acercaban a ella.
Esperemos que este tiempo de
reflexión sea fructífero, y que sople el viento de la ilusión para sentir de cerca
aquella frase, que nos unió a muchos de los que de una manera o de otra,
estuvimos a su lado. A esta es! ,al cielo con ella!
No será fácil, pero solo decir,
enhorabuena valientes por el precioso regalo de una hermandad destruida por
vuestro fracaso y quién sabe cuando podrá volver a alzar el vuelo.