miércoles, 9 de noviembre de 2016
martes, 8 de noviembre de 2016
Y Dios salió a nuestro encuentro
El clamor se hizo silencio, en el
ensordecedor chirriar de unas puertas de siglos añejas por donde asomaría
valientemente a una mañana de otoño soleada ,tras la tempestad calmada de días
de plegaria, de días de fe. De ríos de hermanos, de devotos, que peregrinaron
hasta ti bajo las bóvedas de una Catedral que acogió tu llegada
Y es que Dios salió a nuestro
encuentro, y enmudeció la tierra, y paso candente, como un lirio morado en la
eterna primavera de la espera.
Se cumplieron los sueños, muchos
sueños guardados en el cajón de una mesilla desvencijada, como la estampa de
aquél calendario del año que se perdió en el olvido
Cuanta fe mi Dios, cuanta gracia
derramada, cuanta Misericordia infinita…
La muchedumbre aguardaba tras
horas de espera, alfombrando las calles de una ciudad, que con su respeto y su
arte, me enseño a quererte, me enseño a sentirte, me enseño que si sale Dios,
el pueblo lo aclama, que si sale Dios, se para hasta el alma, que si sale Dios ,
sobran las palabras…
Que difícil expresar, los
sentimientos vividos, que difícil mi Dios, mirar tu Cruz, cargada en la espalda
y sentirnos pequeños, y ver tu zancada que en cada segundo avanza y ver tu
túnica que mueve el viento, al caminar de frente, y ver tu cara
Sí Dios mío, me has mirado a la
cara y ví tu rostro, ese rostro de estampa, tras los naranjos que aguardan el
despertar de la madrugada y el silencio infinito de una noche estrellada ,he
visto tu fuerza, tu coraje y tus ganas de sentir musitar una oración del alma y
he llorado contigo y me has secado las lágrimas y he sentido perderte para
encontrarte en tu plaza, de nuevo de frente, donde los hombres se hablan, donde
no hay escondites y se desnuda hasta el alma, donde los pájaros trinan ante tu
inminente llegada, presagiando que Dios ya vuelve a casa.
Y cuando Dios pasa, aflora el
recuerdo de las personas enfermas, de las personas cansadas que perdieron la
fe, de las que ya no sienten nada, de las que sienten quererte y hasta aquí se
desplazan, de tanta fe perdida y tanta fe derramada.
Porque si tu mueres mi Dios, mi
alma muere en tu casa y el resplandor de la Luz habita conmigo desde que me has
mirado a la cara, no hacen falta palabras , porque si pasas lista, me
encontrarás sin falta, hoy he cumplido un sueño, que sé que no miente, que sé
que se queda en tu plaza, donde los vencejos cantan, que sé que entre nosotros
existe la esperanza, que para cada uno repartes sin pedir nada.
Silencio, señores, que esto se
acaba, que Dios esta presente y vuelve a su casa
Silencio, señores que Dios vive
en esta plaza, por donde caminan los hombres, cargados de plegarias y hoy mi
Dios me has permitido poderte mirar a la cara, mirarte a los ojos y sentir tu
llegada, hoy mi Dios me has enseñado que los sueños se cumplen, que tu fe sigue
viva aunque los años pasen, que el fervor popular te aclama sin vergüenza, sin
dudas ni trabas, que aunque los tiempos cambien hay un pellizco que estremece
el alma, que tu misericordia es eterna y cuando todo calla, se hace silencio…
Es el Gran Poder, que pasa
lunes, 7 de noviembre de 2016
domingo, 6 de noviembre de 2016
sábado, 5 de noviembre de 2016
viernes, 4 de noviembre de 2016
Camino del cielo, camino de la gloria
Camino del cielo, camino de la gloria
Es amanecida y despierta tu barrio, el tañer de una campana,
me desperezó de las sábanas, la mañana está
fresca, una melodía del trinar de los vencejos me acompaña en un silencioso
caminar corto, ansioso de cruzar la plaza.
Esa plaza de gloria, antesala del cielo.
Esa plaza, bendita plaza de sueños que se forjaron en el
alma de los que a ti acudieron
Esa plaza, silente de amanecida, pero ruidosa de fe
Silente de plegarias, pero gozosa de Luz
Silente de batallas perdidas, pero de luchas ganadas
silente de promesas cumplidas, rebosante de vida
Silente de dudas, pero llena de esperanza.
Es amanecida, creo estar solo, pero no soy el primero
Es amanecida, se fue el frío y tímidamente despuntó el alba,
abriendo paso a un cielo azul, que vistió de gala la mañana
Esa plaza… bendita plaza de Dios, que me acerca a tus
plantas
Bendita plaza de fe, de Luz y de Esperanza
Camino despacio, disfruto del aire, del olor, del color de
un nuevo día.
Señor del Gran Poder, mi Dios de estampa, de cartera y
cabecera, mi Dios del alma
Hoy cruzaré tu plaza. Que es como cruzar el cielo, como
cruzar en balsa, frágil de dudas, miserias y ganas, pero buscaré tu cruz para
aferrarme a tu causa
Para predicar tu nombre, donde los cobardes callan, para
sentirme hijo, ante un padre que ama,
Para decirte aquí me tienes dispuesto, sin mochila, sin
nada.
Plaza de San Lorenzo, plaza de Dios
camino de gloria,
camino del cielo.
jueves, 3 de noviembre de 2016
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