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martes, 6 de enero de 2015
La última Navidad de mi pastor
como todo en esta vida, tiene su principio y su final, hace ya unos años que adquirimos un nuevo pastor para nuestro belén, el mismo cargaba con el peso del cordero, como si del pueblo entero se tratara, el mismo, no lo pudimos elegir y nos fue regalado desde un mercadillo madrileño, en un primer momento a los demás habitantes de belén nos hizo ilusión, por aquello de algo nuevo, parecía agradable cuando estaba en grupo, contaba chistes, cantaba canciones y hasta era capaz de bailar. pero poco a poco, navidad tras navidad, se volvió arisco… y poco a poco los habitantes de belén dejaron de confiar en él, perdieron aquella ilusión de cuando llegó proveniente de un rastro a una pequeña aldea, que poco a poco se le hizo grande y empezaron a no hacer gracia, sus gracias, ni grandes sus palabras, con tan poco sentido común, poco a poco se fue desgastando y aunque aventurero y dicharachero, se fue desgastando entre muchos, perdiendo el brillo y la magia, por su astucia, su incomprensión y su desprecio y al final, quedó rodeado de quien era tan falsos como él, con ganas de sobresalir por encima de todo, con una camarilla errante que desparecerá cuando deje de brillar su estrella. Hoy hemos desmontado el belén, ese que año tras año nos acompaña a pesar de los años y en el que conviven todos los personajes de este cuento infinito, que cobra vida cada año, sé que ha sido el último año de mi pastor, su última navidad, sin quererlo se ha roto en pedazos, pero no habrá nostalgia, pues nunca vino acorde, en cualquier plano entorpecía su visión y se podía ver desde cualquier punto, haciendo imposible crear una buena perspectiva , pero era de carácter obligado el situarlo en el centro, por aquello de no despreciar un regalo, aunque no a todos nos cuadrara mucho, pero tuvimos que soportarlo, aunque nunca lo llegamos a querer y hoy que ha terminado su camino, ni siquiera le diremos adiós y esperaremos con gozo una nueva navidad, esperando que nos regalen una figurilla nueva, pero de esas de las que sea capaz de crear un buen ambiente y encajar en un decorado vivo, durante años y que cobra vida cada día y todos nos sintamos encajados, volveremos al rastro y repondremos la pérdida, las cosas tienen su principio y su final, para nuestro pastor, se acabó su etapa ahora, más que nunca sabemos que ha sido la última navidad de nuestra pastor y esperaremos con alegría el resurgir del brillo de una nueva estrella.
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