Y de nuevo, aguantarte la mirada de esos ojos que mantienen viva la fe, que la Esperanza sigue más viva que nunca y decirte que tú lo sabes todo, que sabes que te quiero, que mi corazón es verde y por supuesto macareno,
Que en la larga espera se curte la paciencia para alcanzar la gloria, esa de mirarte a los ojos para limpiar mi mirada, para desarmarme por dentro y comenzar de nuevo, para cargar las pilas con un suspiro entrecortado, para dar gracias por estar aquí de nuevo, en este templo sagrado donde vive la Esperanza, donde habita la Madre de Dios, donde huele a Resucitado, donde las dudas se convierten en Luz y la fe en el verde
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