del Rosario entre sus manos.
Dicen que la niña solo llora, cuando llega el lunes santo tras el Cristo de las Aguas, con su ángel confortando.
Hoy de nuevo vengo a verte, a rezarte y venerarte, a sentarme aquí a tu lado , a sentirme consolado al refugio de tu manto,
a tenerte frente a frente para yo quererte tanto , para alcanzar la gloria,
En la calle dos de mayo.
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