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viernes, 19 de agosto de 2022
De Virgen a Virgen
De Virgen a Virgen
Cuántas veces hemos escuchado este dicho para los días de calor, pero en esta ocasión lo hago mío para ver la voluntad del Señor
Desde estas líneas quisiera en principio agradecer tantas muestras de cariño y de gratitud hacia mi familia en estos días tan duros y amargos
No ha sido fácil, pues el dolor del vacío es insuperable, ha sido largo, pues nunca se está preparado para ver el sufrimiento del ser humano
Y así como la vida misma hemos visto pasar este suspiro de verano tan extraño y diferente, un verano donde tu partida nos ha roto el corazón en pedazos, donde hemos experimentado la Cruz del sufrimiento en unos días de calvario interminable, donde la tormenta del sábado fue presagio de tu partida, donde nos hicimos cirineos de un cuerpo roto y magullado, donde curamos tus heridas y refrescamos tu boca
Donde te dimos de comer y velamos en vigilias interminables ese aliento de voz que nos susurraba al oído, donde volvimos a cogernos de la mano, como tú lo hacías con nosotros cuando nos enseñabas a andar por el sendero de la vida cuando fuimos pequeños
Donde tuvimos tiempo, mucho tiempo de hablar, de recordar, de preguntar y de reír, fuiste capaz de hacernos reír hasta en los días más oscuros
Nunca escuchamos una queja, nunca una protesta, nunca un gesto de dolor, sorprendiendo a todo el personal sanitario, el cual se admiraba de tu fortaleza para aferrarte a esta vida.
Y pasaba la tarde camino de la muerte, donde la desesperación, hacia la noche más oscura
Y buscaste el momento de que estuviéramos todos, de que no faltara nadie, para decirnos adiós en esas vísperas del Prado que tanto aportan a nuestra vida y lo quisiste así, no porque te quisieras hacer notar, sino porque llegaba la hora donde la morena del Prado haría sonar sus campanillas para iniciar las peregrinaciones a su templo, a la misma hora que tu peregrinabas a la casa del Padre tras una larga agonía, en un domingo que se adelanto viernes en un atardecer de cruz, donde empezaba a dormirse la muerte en el paso de Cristo más humano que nunca he visto, con las sabanas como lienzos con el sudor de una vida trabajada que ahora entregas como ofrenda de hombre que resistió mil batallas.
Y nos has dejado huérfanos de ternura y se ha marchado para siempre un cuerpo maltratado y herido, un cuerpo cansado, pero con su sonrisa en los labios.
Yo sé que tu sabias de tu partida desde el momento que nos dijiste entre susurros… ” Te quiero”, a cada uno de nosotros, pero no decías nada para que nosotros no perdiéramos nunca la esperanza
Nos hicimos ilusiones como cuando de niño te cuentan una historia que no encaja y pensamos que esta vez no sería la última
De ti me quedo muchas cosas, porque nos has enseñado mucho, que de un problema se sale, que hay que afrontar la vida tal como te llega y disfrutar de cada momento, que en un café de domingo hay una fiesta, que las enfermedades no se eligen, pero se aceptan, que hay que aprender a sobrevivir, porque esta vida nos ahoga muchas veces, que el vaso siempre medio lleno, pero nunca, medio vacio.
Pero sobre todo y ante todo me quedo lo bueno, que ojalá me des tu ejemplo para ser lo buena persona que Tú has sido, porque el recuerdo que dejas en esta ciudad que te vio nacer en la posguerra, es intachable, aún te recuerdan tus vecinos percheleros, compañeros de trabajo y vecinos del Carmen que encontraste a lo largo de la vida.
Hoy la calle está más triste, ya no pasearemos por ella, ni llegaremos al convento a por recortes, como hacías con tus nietos, pero en el cielo azul inmaculado suenan campanas de gloria como en la mañana asuncionista de tu entierro cuando revoloteaban al hacer tu entrada por el pasaje de la Merced camino del Templo
Porque la Virgen lo quiso así,
Empezó la última etapa cuando la Virgen del Carmen recorría tu barrio y terminó todo cuando la vecina más noble de la calle Azucena preparaba sus galas para recorrer las calles tras tres años de ausencia, tras una pandemia que se resiste a marchar pero que también tú habías superado.
Pero esta vez no estarás en la plazuela para verla cruzar con tu andador, esta vez has reservado un palco de honor en el cielo, desde donde velaras por nosotros y nos cuidaras cada día
Y no dudes que te recordaremos, porque eres parte de nosotros, por cada paso que de, siempre será tu paso, porque de Virgen a Virgen vivimos tu agonía y ya no importa el calor en estos días secos de agosto, ya no importa el cansancio de las noches sin dormir, ya solo importa la Luz, la fe y la Paz que nos has trasmitido en todo momento porque gracias a ti hemos experimentado la Luz del Señor, abrazando la Cruz , anunciándonos tu Resurrección a la Vida Eterna.
Y las campanas de la Virgen del Prado que no dejaron de repicar durante tu funeral, eran campanas de gloria anunciándonos tu resurrección a una vida nueva.
Espéranos, que nos volvamos a encontrar, esta vez sin enfermedades ni heridas, pero danos tiempo y mientras tanto disfruta de la abuela María, de tu padre, tus hermanos y sobrinos que a buen seguro estarían esperándote.
De ti, cada día, seguiré aprendiendo que la Cruz, se abraza
Por ti, cada día seguiré esperando,
y la Luz, siempre la Luz para iluminar nuestros caminos cobijados ante la mirada de Misericordia de una Madre que de Virgen a Virgen te ha llevado al cielo.
Te quiero Padre, hasta el infinito , porque tu recuerdo y tu presencia siempre estará con nosotros.