jueves, 27 de febrero de 2020

El descanso eterno de Don Luis, a los pies de Guadalupe


 Será a las cinco de la tarde, cuando vuelva el niño imaginero a la capilla del Rosario de la hermandad de las aguas.
Será un sueño, el que descanse eternamente a los pies de su niña Guadalupe,  la rosa del arenal, la niña de Sevilla.
Tras cinco meses de su fallecimiento, recibirá el descanso eterno en un trocito de cielo tras el arco del Postigo.

Porque si Guadalupe la creó el Hijo, hoy de nuevo vuelve a la Madre convertido en el polvo del miércoles de ceniza, como el de la gubia del cedro cuando esculpió a la Virgen, que nunca quiso crecer, por recrear en su belleza,  la juventud temprana de un tiempo, que nunca pasa,



Serán sus ojos, los que vuelvan a llorar, esta vez de alegría,  pues aunque te fuiste pronto, ya estarás gozando de la Resurrección y volverás con ella.
Habrá más felicidad para una madre? 
que por triste que sea, abrir a su hijo las puertas del cielo, 
ya pasó su luto en un injusto invierno ,inesperado como la muerte, y oscuro como las noches de luna nueva. Y ahora que brota el azahar anunciando una nueva primavera.


Discretamente secaras tu llanto, cuando el pregonero te visite en reverencia, pero tu siempre serás pregonera del creador, del maestro, de tantas y tantas advocaciones que en esta tarde les dirás  ,no me tengáis envidia que aunque todas seamos una, me eligió por ser primera. Y me ha dicho que a todas, nos quiere por igual, 


Rosario, Dolores, Dulce nombre, Salud, Auxilio, Amargura, Paz, Patrocinio, Lágrimas,  Carmen,  Merced...

Que suerte maestro, de volver con Guadalupe,  que suerte maestro de encontrar el cielo abierto.
Así también me muero yo!

Descanse en paz D.Luis Álvarez Duarte.