No importa donde estés, Dios siempre esta cerca.
Todo lo que necesitas es simplicidad, sinceridad y fe. ¿Cuán bueno es ese momento en el que puedes despertar tu corazón y rogar a Dios hasta que las lágrimas fluyan de tus ojos, parado allí, como un niño pequeño delante de su padre!
No confundas un corazón quebrantado, que Dios nunca rechaza, con la tristeza y la desesperación.
La tristeza y la desesperación son en realidad cólera, una queja contra Dios, por no haberte dado lo que querías. En cambio cuando tienes el corazón quebrantado eres como un niño que llora a causa de la lejanía de su padre.
No te apures; estar sediento de Dios es nuestra tarea en este mundo. Nunca dejes de clamar, de orar y de rogarle a Dios, hasta que alcances la cercanía que anhelas. ¡Nunca desesperes!¡Nunca!. Esta prohibido abandonar la esperanza. No importa cuán lejos te hayas extraviado, siempre es posible volver a Dios.
RABÍ NACHMAN DE BRESLAU