No hay palabras, todo ha quedado en el recuerdo de una tarde cofrade, por una causa que no debería de existir, pero que desgraciadamente nos toca de una manera o de otra, la cruda cruz de la realidad de tenernos que enfrentar a ellas día a día en nuestras familias, amigos o conocidos.
Pero ahí está la gente grande, la gente que lucha, la gente que sale adelante, la gente...valiente, nuestra gente..
pues hoy todos nos hacemos uno, con el pequeño Manuel, que ha puesto rostro a tantos compañeros y compañeras de viaje, que esperan mucho de nosotros y que sin lugar a dudas no están solos, nosotros, los cofrades, en una representación mínima de mil personas, hemos sido una gota en el océano, para representar a otros tantos, que por espacio no han tenido cabida en esta tarde cofrade del mes de octubre, para apoyar una causa de valientes que se desviven por salir hacia adelante y lo van a conseguir.
Enhorabuena a las cuatro agrupaciones, tres de ellas que han recorrido kilometros desde Andalucía, que han puesto sones haciendo vibrar ese sueño cofrade otoñal, regalado en una tarde propia de la cuaresma más esperada.
y como no, a nuestra querida agrupación, Santo Tomás , que nació para ser grande, para hacernos soñar, por eso muchos la llamáis la "Fabrica de los sueños" y se queda corta, pues cuando sus sones suenan, enmudece la tierra, una corriente de aire hace erizar el vello de las piedras, que emoción señores, que emoción.
Cuando crees haber escuchado todo su repertorio tantas noches de ensayo, de frío, de viento, de lluvia, de cansancio... de nuevo vuelven a emocionarte, a hacerte sentir que tras todo ello existe un sueño que solo entenderá el cofrade que vive y se desvive por ello, que rodaron lágrimas con los solos de "A tí Manue" y con tantas otras, porque los cofrades, somos así, gente sencilla que se emociona con la magia de un sueño hecho realidad.
Hoy ese sueño se llama Manuel, hoy esa magia, se llama música, hoy las agrupaciones han dado una lección magistral, hoy los cofrades hemos sido solidarios, pues también tenemos corazón, aunque a veces no se nos comprenda y haya quien lo confunda con locura.
Hoy señores me quito el sombrero, por Manuel, por su familia, por los músicos y por todos ustedes que han creado la magia de vísperas , en un octubre otoñal para que no perdamos nunca la Luz de la Esperanza.
y gracias a Victor, por su entrega, su compromiso y como no, por su corazón para transmitir sentimiento con alma desde la experiencia y cercanía de sentirse orgulloso de ser cofrade y hacer gala de ello con ese regalo con c de cruz, que el pequeño Manuel se llevó en su frente.
Por tí MANUEL, para tí MANUEL