Si contemplamos estas imagenes, tan solo como la salida de una Cruz de Mayo, poco acostumbrados por nuestra tierra, por cierto, quizá nos quedemos cortos.
Personalmente, puedo decir, que me ví sorprendido por la cantidad de gente joven, respondiendo a la llamada de la Hermandad de la Coronación de Espinas, para este acto, en una tarde primaveral en la cual, los chicos y chicas, están deseando volar para estar con los amigos.
Pues ellos ahí, demostrando una fe viva, más allá de ese tiempo que le llaman "de los cofrades", como es nuestra Semana Grande, y más en un tiempo, en el cuál necesitamos hacernos ver y notar, para que no se vean replegadas nuestras tradiciones.
Por eso, son momentos para analizar, para tener en cuenta, para no dejar pasar oportunidades únicas de acercamiento a nuestras parroquias, para saber, que se puede contar con ellos, para saber que quieren que se les llame, para saber, que son un tesoro escondido y que están llamando a la puerta, una puerta, que por desgracia, no siempre se encuentra abierta,, que aún espero que alguien me explique, porque no se acompaña a estos jóvenes, como un movimiento más, ya que son fermento y cantera de una responsabilidad de la que muchos no nos atrevemos a expresar públicamente.
y ellos están ahí, no digo que los saqueis a hombros, como a nuestros pasos, pero sí, que se les tenga en cuenta, no sea que dentro de poco se cansen y hallamos perdido ese germen de una ilusión por falta de acompañamiento y motivación desde donde proviene el centro de nuestra fe.
Felicidades a todos los que hicisteis posible esa tarde de sábado cofrade, que al menos me hizo reflexionar que los que nos llamamos cofrades tenemos detrás una buena cantera para pelear por todo aquello que nunca comprendieron en nuestra ciudad.
