Si hay una devoción mariana sin fronteras, sin duda nos encontramos con la Virgen del Carmen, si a pesar de ello visitamos un lugar marinero, no cabe dudas de que nos encontraremos con ella, y que gran regalo encontrarse con una bella talla de Alvarez Duarte donde la sencillez de la Capilla del Espíritu Santo que la acoge en el puerto de Conil, como la mansedumbre de su semblante nos transmite un halo maternal de ternura en la bella estampa que nos hace sentirnos niños en el abrazo de su Hijo.
Gracias de corazón a los cofrades voluntarios que abren y cierran la capilla y me permitieron realizar las fotografías, rezarle y admirarla de cerca.