La hora de Dios

 A veces se dice, que nuestra ciudad es escasa en monumentos,  pero a veces también vamos tan deprisa que no percibimos la grandeza y a su vez pequeñez de las cosas.

Esta mañana he visto una monumental obra de arte, más humana que ninguna, una obra de caridad que recorre nuestras calles y plazas, una obra, que no entiende de lunes o domingos, que cada día cuando sale el sol salen a dar un testimonio de fe, de entrega, de amor, un testimonio de Esperanza en días inciertos, un testimonio de generosidad en una ciudad tranquila pero llena de necesidades.

Por eso si las ves, caminar entre los monumentos de nuestra ciudad, prestales atención,  porque estas viendo un monumento a la Caridad, estas viviendo a Dios.