Enhorabuena Miguel
No puedo estar más contento de escuchar este regalo tan grande, a tu persona y a mi ciudad, que es la tuya.
Hoy mi calendario se ha vestido de cuaresma con el vertigo de la espera emocionada, sabedor que disfrutaremos los cofrades de una noche de gloria donde recobraremos la ilusión de celebrar los días del gozo, donde nos harás descubrir callejones inciertos de las noches estrelladas.
Esta vez, te esperamos de frente, con la ilusión de tus palabras y las vivencias de tus sueños.
Esta vez te toca, devolvernos la esperanza, aquella del incensario que vuelve a humear en tus manos.
A la Gloria Miguel, Ciudad Real y sus cofrades lateran con fuerza en las tablas del Quijano.
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