Quizá pasará desapercibida para muchos, pero me llamo la atención cuando tome la primera fotografía que dista de la segunda como tres horas.
Y ahí encontré el sentido de muchas cosas, el poder infinito de la fe. A ella no le importó que la Virgen fuera deprisa, porque tenía muy claro el camino y las huellas que tenía que seguir...
Ahí debería residir el misterio de nuestra fe, que por empinada que parezca la cuesta ,siempre tendremos una meta. Esta señora lo tenía muy claro.
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