Se puede pedir algo más grande para un costalero, que sea tu hijo quien te ciña el costal, quien te haga la ropa?
Hay está la trasmisión de la fe, el relevo generacional que compartirá trabajadera un nuevo Domingo de Ramos.
Ahí está la esencia, el abrazo, el sentimiento.
Ahí está el esfuerzo y el compromiso de un oficio que perdurará en el tiempo de generación en generación.
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