La niña que te vió crecer

y hacerte hombre, con la mirada puesta en la eterna niña de Sevilla que salió de tus manos adolescentes, bendecidas por el Señor.
y de nuevo has vuelto a cruzar ese arco de gloria para llegar a sus plantas, para despedirte de ella, para decirle adiós a la eterna niña de tu vida que te esperaba tras el arco de un postigo gris en la mañana de la Cruz, del mes de Septiembre.
Con una madurez en la imagineria te has ido demasiado pronto, tallando a un San José, esposo fiel que te habrá abierto las puertas del cielo.
Yo te doy las gracias, por un legado que no me pertenece, pero que se ha introducido en mi, no sabría decirte como, pero lo conseguiste, como en tantas almas, que a diario rezan a la Madre del Señor,y se arrodillan ante la imagen del mismo Jesús
Hoy Guadalupe tiene un llanto más profundo, no la puedo consolar, la he visto llorar un lunes santo, la he visto llorar en las vísperas de navidad cuando cambia su semblante por la eterna sonrisa de niñez, de la niña que salió de tus manos. y la ví llorar, que digo, la vi sonreír o te vi a tí sonreirle a ella bajo el arco del postigo en su traslado de vuelta por el cincuentenario de su hechura, cruzasteis la mirada como dos enamorados, como un padre quiere a su hija o como una madre se recrea en su hijo al encontrarle de vuelta en una fria tarde de febrero.... y os ví a los dos en una complicidad divina.
Hoy Guadalupe llora más que nunca, llora desconsolada en la calle dos de mayo, como una madre que vuelve a perder a su hijo, pero tras sus lágrimas percibo su eterna sonrisa de niña, su ternura adolescente en el beso de una madre que a buen seguro te ha arropado y cobijado bajo su manto de terciopelo azul, como un cielo estrellado
Don Luis, gracias por regalarnos a Guadalupe, por darnos motivos para creer, gracias por dotarnos de tanta belleza en la imagineria y tanta luz en tu camino
Hoy has hecho la chicotá más larga donde a buen seguro te habran abierto las puertas del paraiso
gracias por todo, gracias por tanto
D.E.P. Alvarez Duarte