S´, todos sabemos que no es a sí, que en silencio siempre está el Señor esperando en el Sagrario, pero que necesaria es la Madre en casa, que vacía queda, cuando ella no está.
La casa no está nunca sola, pero sin ella, corremos el riesgo de perdernos en un ocaso, es extraña la sensación de ver la Catedral sin ella, cuando cruzas el umbral de la puerta.y notas, percibes el vacío de un cortejo que se la ha llevado y aún en la puerta, ya se nota su ausencia, que será refugio de multitud en las calles y plazas de nuestra ciudad y antes de que nos demos cuenta, estará de vuelta.
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