gracias por tantos desvelos, tantos ensayos, tantos kilómetros compartidos, tantas noches de frío invierno y esas noches estivales de días de calor.
acordes del alma en días eternizados por el cansancio devenir de las horas
pero siempre, siempre dispuestos allá donde se os llame para poner esas notas de pasión, de solidaridad, de fe, de devoción, de silencio...
La música, agradecida para el oído que compone e interpreta el ritmo de su vida, marcada por notas musicales, salidas de músicos, en ocasiones pequeños en edad, pero grandes en compromiso y corazón.
músicos, bonita palabra de compañerismo, de amistad, de valor y entrega, de sacrificio, muchas veces poco reconocido...
pero ahí están esos valientes, esos que cada noche desnudan el alma ante su caja o su flauta, su trompeta o su trombón, su corneta ...
valientes en cada día, en cada concierto, en cada procesión.
valientes en mirar al maestro, repasar las partituras y caminar tras un nuevo misterio acompasando rachear de costaleros y lágrimas de emoción.
Feliz día a todos los músicos y en especial a esos que me hacen recorrer tras ellos kilómetros de gloria, tras días de ensayos y noches de pasión.
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