Y llegó como llega siempre, como cada primavera, algo
adelantado en el mes de marzo, cuando aún no verdean las hojas de la arboleda
de un Prado, que acaba de despedir a un invierno tardío, que nos ha dejado un
tiempo frío.
Ha llegado el tiempo, el tiempo del cofrade, el tiempo de
los músicos, el tiempo de los nazarenos, el tiempo del gentío
Un tiempo que avanza, que se detiene y corre, que se escapa
de las manos, como cada madrugada, que es saeta y llanto, incienso y clavel,
cirial y lirio
Es el tiempo de la
esperanza , del gozo, de la fe,
Es el tiempo del dolor, de la pasión y la muerte
Es el tiempo de la aurora, del rocio, de la amanecida
Es el tiempo de la vida.
Y cayeron las hojas, de un calendario, para decirnos, que es
tiempo de estrenos, tiempo de costales, de sandalias y de cirios
De papeletas, de marchas sentidas, de bambalinas y tronos,
de olor a cofradía.
Es el tiempo de la Luz, es el tiempo de la gloria,
Es domingo de palmas,
es domingo de ramos
Abramos las puertas,
cofrades, que nos llega la hora, vivamos nuestras estaciones de
penitencia con el fervor de niños y celebremos estos días, aquello que soñamos
todo el año.
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