domingo, 31 de mayo de 2015

Mayo mariano, Misericordia


Acaba el mes de las flores y no podía olvidarte, devoción de mis devociones, aunque hace tiempo que no encuentro tu angulo perfecto, que encuadre la belleza de tu rostro, siempre buscaré en el disco duro del corazón, donde se guardan los mejores momentos, aquellos donde cobró sentido nuestra amistad para llevarme de la mano a aquello que nació entre nosotros y hoy desde la distancia, solo puedo decirte que te añoro, tan cerca y tan lejos...; pero siempre , siempre en el fondo de mi corazón.
Sé, que un día volverá a brillar la primavera, que acabara la noche oscura del alma, esa que te aisla del cánon de la cordura, más allá de los pactos establecidos por quienes no te dejaron crecer, pero tú , en la penumbra de esa gran capilla, sabes mantenerte a la espera y aguardar ese momento, en el que sin dudarlo, un día, quizá no muy lejano, te volvamos a ver brillar.